En el mundo de hoy,
expertos en el tema ambiental coinciden en reconocer la educación
como la vía más expedita para generar conciencia y fomentar
comportamientos responsables frente al manejo sostenible del
ambiente. El gobierno colombiano no es ajeno a este reto. Desde
mediados de la década de los noventa, la Política Nacional
Ambiental ha incorporado un componente educativo que han desarrollado
conjuntamente el Ministerio de Ambiente, Vivienda Y Desarrollo
Territorial y el Ministerio de Educación, mediante la implementación
de los Proyectos Ambientales Escolares.
El propósito de la
Revolución Educativa ha sido ampliar la cobertura y mejorar la efi
ciencia del sector educativo y la calidad de la educación. En el
marco de su Política de Calidad viene consolidando un proceso de
mejoramiento permanente de los aprendizajes de los estudiantes. Se
han definido estándares para las competencias básicas, que los
estudiantes deben desarrollar para transformar su entorno. Asimismo,
se ha desarrollado el sistema de evaluación de estas competencias, y
a partir de las evaluaciones se están impulsando Planes de
Mejoramiento en todas las instituciones educativas. Es un ciclo de
calidad que plantea el mejoramiento permanente de las instituciones.
Ahora bien, es imposible
desarrollar competencias si no se contextualizan los conocimientos,
que no sólo se transmiten sino que se deben utilizar en la
interpretación y transformación del entorno. Es aquí en donde la
educación ambiental resulta muy efectiva en el mejoramiento de la
calidad.
El Proyecto Ambiental
Escolar (PRAE) es, ante todo, una estrategia pedagógica que
posibilita el estudio y la comprensión de la problemática ambiental
local y contribuye en la búsqueda de soluciones acordes con las
realidades de cada región y municipio, en un contexto natural,
social, cultural, político y económico. Los PRAE involucran a
miembros de la comunidad educativa, instituciones del sector y
organizaciones sociales, mediante la integración de conocimientos y
experticias en torno a un objetivo: interpretar un problema ambiental
concreto y participar en la búsqueda de soluciones, desde una
gestión ambiental sostenible.
Los procesos
educativo-ambientales promueven la aplicación del conocimiento para
la comprensión y transformación de las realidades de los
estudiantes y contribuyen al fortalecimiento de las competencias
científi cas y ciudadanas, lo que favorece la pertinencia de los
Proyectos Educativos Institucionales y, por ende, la calidad de la
educación. En la práctica, estudiantes, profesores, padres y madres
de familia, comunidad, instituciones del sector y las ONG, entre
otras, coordinan esfuerzos en el estudio y recuperación de cuencas
hidrográficas, actividades agrícolas sostenibles, reforestación y
manejo de bosques, conservación y uso sostenible de la
biodiversidad, manejo integral de residuos sólidos, y otras labores
que promueven los PRAE.
Adicionalmente, la
educación ambiental posibilita que el estudiante interactúe con
diversas disciplinas ciencias naturales, sociales y matemáticas, e
integre conocimientos y saberes, en un proceso transversal que cruza
la enseñanza y el aprendizaje educativo.
En la actualidad, el
Ministerio de Educación Nacional acompaña la consolidación de 475
PRAE, en 14 de los departamentos (*) del país; promueve estrategias
de investigación para fortalecer, evaluar y garantizar la calidad de
los proyectos y, con la red REDEPRAE, participa en la sistematización
de las experiencias significativas, que se difunden y socializan.
Vale la pena señalar que
la sostenibilidad de la política de educación ambiental se ha
logrado gracias al acompañamiento por parte del Ministerio de
Educación y del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo
Territorial, a los equipos de trabajo interinstitucionales e
intersectoriales, responsables de su adecuación y contextualización
en los diferentes entes territoriales. Cabe destacar la conformación
de 14 Comités Técnicos Interinstitucionales de Educación Ambiental
(CIDEA), que proyectan sus planes y propuestas en la gestión y la
planeación local a través de los Comités de Educación Ambiental
del Nivel Municipal (CEAM).
La Política Nacional de
Educación Ambiental muestra resultados de integración entre
distintos entes desde el Ministerio hasta las ONG, pasando por las
Corporaciones Autónomas Regionales, y a diferentes niveles.
Asimismo, es expresión de que continuidad y claridad en el objetivo
producen resultados en materia de calidad, para el ambiente, para la
educación y para el país.
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